Decenas de miles de personas salieron a las calles de la capital serbia el viernes, la tercera protesta en un mes, para manifestarse contra la forma en que el gobierno ha manejado la crisis de violencia que se vive en el país balcánico tras dos tiroteos masivos ocurridos este mes, pese a que las autoridades han rechazado las críticas e ignorado sus demandas.
En una muestra de desafío, el partido nacionalista de derecha del presidente serbio Aleksandar Vucic organizó una contraprotesta en una ciudad al norte de Belgrado a la que acudieron miles de sus seguidores.
Los manifestantes de la oposición en Belgrado coreaban consignas contra Vucic, exigiendo la renuncia de dos ministros de alto rango y la revocación de las licencias de transmisión de dos cadenas de televisión que, afirman, promueven la violencia y glorifican las cifras del crimen.
La primera ministra Ana Brnabic y otros funcionarios del gobierno asistieron a una sesión parlamentaria el viernes centrada en los tiroteos del 3 y 4 de mayo y las demandas de la oposición para reemplazar al ministro del Interior y al jefe de inteligencia luego de los incidentes que dejaron un total de 18 muertos, muchos de ellos niños.